Guardados en la Mente de Cristo

Así como el casco de salvación protege la mente y los pensamientos del soldado, en Cristo tenemos la certeza de que nuestros pensamientos y nuestra identidad están seguros en Él. En Colosenses 3:1–3, Pablo nos anima a “buscar las cosas de arriba” y nos recuerda que nuestra vida verdadera “está escondida con Cristo en Dios”. Esto significa que nuestras preocupaciones, temores y dudas no pueden robarnos la paz cuando recordamos que Cristo guarda cada uno de nuestros pensamientos y sentimientos bajo Su cuidado soberano.

7/15/20251 min read

Versículo: “Poned, pues, vosotros también el corazón en las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a lo de arriba, no a lo de la tierra; porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”
— Colosenses 3:1-3 (RVR1960)

Reflexión: Cuando las voces del mundo nos bombardean con ansiedad y confusión, podemos descansar sabiendo que Jesús, sentado a la derecha del Padre, intercede por nosotros y mantiene nuestra mente en un estado de paz. No es que ignoremos nuestras circunstancias, sino que las contemplamos desde la perspectiva de la victoria que ya hemos recibido en Cristo. Así como un tesoro escondido está a salvo del ladrón, nuestra mente está a salvo de las armas del enemigo, porque está “escondida” en Aquel que vive y reina para siempre.

Pensamiento: ¿En qué áreas de tu mente necesitas recordar hoy que Cristo las guarda y las renueva?

Comparación: Imagina un cofre fuerte, enterrado en lo más alto de una montaña inaccesible: ni ladrones ni tempestades pueden tocar su contenido. De igual manera, nuestros pensamientos y emociones están guardados en el corazón de Jesús, fuera del alcance del enemigo y de las circunstancias adversas.

Acción: Haz una lista de los pensamientos o preocupaciones que más te agitan, junto a cada uno, escribe una verdad bíblica que contrarreste esa preocupación (por ejemplo, “Dios está conmigo” – Isaías 41:10), cada mañana y cada noche, repasa tu lista en oración, entregando cada pensamiento a Cristo y pidiendo Su paz.

Oración: Señor Jesús, gracias porque mi mente y mis pensamientos están seguros en Ti. Perdona mis dudas y ansiedades; permite que tu Espíritu renueve mi mente día a día con la verdad de tu Palabra. Ayúdame a mirar siempre a lo de arriba, confiando en tu intercesión y en la paz que solo Tú das. En tu nombre, amén.