Humildad: el camino más alto
La humildad no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo. Es reconocer que todo lo que somos y tenemos viene de Dios, y que sin Él, nada podemos hacer. En un mundo que celebra el ego, la humildad es algo de valientes.
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Versículo: 1 Pedro 5:5 "Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues la Biblia dice: «Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes.»
Reflexión: La humildad nos permite aprender, pedir perdón, servir sin buscar aplausos y reconocer nuestras debilidades sin sentirnos menos. Jesús, siendo Dios, se humilló hasta lo más bajo para enseñarnos lo que realmente importa: servir, amar, y obedecer.
Pensamiento: ¿Estoy permitiendo que la soberbia se disfrace de autosuficiencia en mi vida?
Comparación: La humildad es como una raíz: no se ve, pero sostiene todo lo que crece. El orgullo es como una hoja seca: parece ligera, pero es llevada por cualquier viento.
Acción: Hoy, haz algo por alguien sin que lo sepa: un favor, una ayuda, una oración secreta. Y si te equivocas, sé rápido en pedir perdón. Reconocer nuestras faltas es un acto de humildad que honra a Dios.
Oración: Señor, enséñame a ser como Tú: manso y humilde de corazón. Líbrame de la vanagloria, del deseo de ser visto o admirado. Que pueda reconocer mi total dependencia de Ti cada día, y vivir con un corazón agradecido y sencillo. En el nombre de Jesús, amén.