Muros caen ante la fe firme

La fe viva no se limita a creer en Dios desde la distancia, sino a confiar en Su poder hasta ver lo imposible hecho realidad. Cuando Josué y el pueblo de Israel rodearon los muros de Jericó, no fue su fuerza humana ni su estrategia militar lo que derribó el obstáculo, sino su obediencia y fe en la orden de Dios (Josué 6). La fe firme actúa como instrumento de Dios para demoler fortalezas que parecen inquebrantables.

5/29/20251 min read

Versículo: “La fe es certeza de lo que se espera, convicción de lo que no se ve.”
— Hebreos 11:1 (RVR1960)

Reflexión: ¿Qué “muros” enfrentas hoy? Pueden ser miedos, reproches del pasado, limitaciones económicas o familiares. Así como el pueblo marchó confiado alrededor de Jericó, nuestra fe avanza proclamando las promesas de Dios aun cuando no vemos cómo ocurrirá la victoria. Cada acto de confianza (orar, declarar un versículo, dar un paso) es un “círculo” que acerca la demolición de la barrera.

Pensamiento: ¿En qué área de tu vida necesitas rodear con fe ese muro invisible, confiando que Dios hará caer lo que te impide avanzar?

Comparación: Imagina un muro de ladrillos en tu camino: cuanto más lo golpees con tus propias manos, más te lastimarás y nada cederá. Pero si Dios ordena que el muro se derrumbe al sonido de tu fe (el eco de tu obediencia), ni el ladrillo más sólido podrá sostenerse.

Acción: Identifica tu muro: escribe en una hoja aquello que sientes inamovible (por ejemplo, un proyecto, una relación rota o un miedo), proclama una promesa: busca y memoriza un versículo que hable de victoria o liberación (como Salmo 18:29 o Isaías 54:17), rodéalo en oración: dedica siete días a orar cada mañana y cada noche, proclamando en voz alta tu promesa y da un paso de fe: actúa conforme a lo que Dios te ha mostrado, aunque no veas aún el resultado concreto.

Oración: Señor Jesús, gracias porque mi fe en Ti derriba muros que el mundo considera invencibles. Te pido que fortalezcas mi confianza para obedecerte aun cuando no vea el camino completo. Haz que tu Palabra resuene en mi corazón y que cada acto de fe sea el sonido que provoque la caída de toda barrera. Que Tu gloria se revele en mi vida mientras confío firmemente en Ti. Amén.