Servir es reinar desde abajo
En el Reino de Dios, el más grande no es el que tiene más seguidores, sino el que más sirve. Servir es amar en acción. Jesús, siendo el Rey del universo, se arrodilló a lavar pies. Nos enseñó que la grandeza verdadera nace en la entrega humilde al otro.
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Versículo: Mateo 20:26 "El que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor."
Reflexión: A veces esperamos grandes plataformas para “hacer algo por Dios”, pero Él nos llama a servir con lo que tenemos, donde estamos, a quien tengamos enfrente. El servicio no es una tarea: es una actitud constante del corazón.
Pensamiento: ¿Estoy dispuesto a servir sin esperar reconocimiento, como lo hizo Jesús?
Comparación: El mundo admira al que sube más alto; el Reino admira al que se agacha a lavar pies. El servicio es la corona de los verdaderos discípulos.
Acción: Hoy, busca una oportunidad práctica para servir: en casa, en tu comunidad, en tu iglesia o incluso con un mensaje de ánimo a alguien. Sirve con alegría, sin esperar aplausos. Es ahí donde el corazón se parece más al de Cristo.
Oración: Señor Jesús, Tú no viniste para ser servido, sino para servir. Enséñame a seguir tu ejemplo cada día. Que mi vida no se trate de lo que recibo, sino de lo que puedo dar. Líbrame del egoísmo y enséñame a encontrar gozo en servir a los demás. En Tu nombre, amén.